sábado, 20 de diciembre de 2014

Somos dueños de nosotros mismos.

Todas nuestras emociones suceden por algo, algo inquietante que nos mueve por dentro, que nos hace actuar como actuamos, nos hace ser como somos en determinados momentos.
Pero ¿Debemos dejar que esa extraña fuerza sobrenatural decida por nosotros? Decida, que nuestra bordería  aumente por momentos, nuestra felicidad..no podemos dejar que algo tan simple como nuestras hormonas nos “manejen”. Si parece que estoy hablando sobre absurdeces, pero ¿cómo cosas tan pequeñas pueden afectarnos tanto?
Quizás seamos como esas conchas marinas, que son  capaces de crear bonitas perlas, pero en nuestro caso no no son bonitas perlas, si no sentimientos que se quedan dentro de nosotros, y algunos gestos, detalles pueden sacarlos a la luz, y perjudicarnos en nuestro estado de ánimo, en nuestra manera de pensar, o quizás no no nos perjudiquen pero si que nos afectan.
Debe salir de nosotros, el no crear una mala perla, una perla negra, el estar limpios ante cualquier rencor, porque seamos francos, ¿de que nos sirve?
¿Acaso nos ayuda a ser mejores?¿ A dar un paso al frente? ¿O nos hace retroceder?